Está bien que la IA piense por ti
Es absurdo tener un “segundo cerebro” y no usarlo para pensar.
“Puedes usar la IA, pero no para pensar: pensar es lo que te hace humano, es la parte del proceso que no puedes delegar”.
No estoy de acuerdo con esta opinión prevalente.
Al contrario: creo que nos conviene poner a la IA a pensar por nosotros cada vez que podamos.
Debería ser nuestro comportamiento por defecto: si lo puede pensar una IA, no debería pensarlo yo.
Frente a cualquier proceso cognitivo caben dos preguntas:
¿Lo puede llevar a cabo la IA?
¿Tiene sentido que lo lleve a cabo la IA?
Si la respuesta es sí a ambas, que lo “piense” la IA.
¿Y nosotros? ¿Dónde quedamos los humanos en este escenario?
Podemos elegir quedarnos inertes, descerebrados, pasivos - reemplazados. O podemos enfrentar problemas de orden superior - más retadores, más relevantes, fuera del alcance de la IA.
Una “máquina pensante” nos pone frente a esta disyuntiva:
Le delegamos el trabajo y nos sentamos a descansar o
Nos montamos en sus hombros y tratamos de mirar más allá.
Ambos caminos tienen su atractivo - y sus retos. Ambos son complejos y grávidos de consecuencias.
Entiendo la tentación de negar la premisa: si la IA no piensa, la decisión no es obligada.
Pero ya en muchos casos de uso estamos frente a una inteligencia capaz de razonar, de enfrentar tareas cognitivas con resultados parecidos a los que obtendría un ser humano.
En estos casos: defendemos el monopolio humano ¿o la usamos para “pensar”? Yo me inclino hacia la segunda - y para argumentar te pido que me acompañes a un lugar desagradable: la oficina de un jefe retrógrado.
“Yo no te pago para pensar”
Si en alguna empresa te llegan a decir “yo no te pago para pensar” ya sabes que hacer: irte de inmediato.
Detrás de esa frasecita hay demasiada negatividad, una reducción de tu rol a algo mecánico, a la implementación de procesos ya definidos que no necesitan mejoras.
El jefe que te diga eso cree que todo ya está inventado y que su trabajo es velar por el status quo.
Él no puede imaginar una nueva manera de hacer las cosas: necesita ejecutores que no cuestionen los procesos y se limiten a mantenerlos en marcha.
Esta frase es fastidiosa también porque sanciona la existencia de dos esferas profesionales:
una donde se piensa (se articula el “deber ser”)
otra donde se implementa la visión definida desde arriba.
Por suerte ya no vivimos en ese mundo; ya existe otra filosofía: la que afirma que debemos contratar siempre a personas más capaces y más inteligentes que nosotros, porque ellas podrán ver algo que nosotros no vemos y así aumentar el alcance, la agilidad y la velocidad de la organización.
En este segundo escenario se da por sentado que la manera de hacer las cosas debe mejorar continuamente, gracias a la contribución de nuevas personas. Buscamos la excelencia y la diversidad,fomentamos la evolución.
Y tú, ¿para qué estás pagando la IA?
Con la IA estamos en una situación parecida. Nos tenemos que preguntar si la estamos pagando para pensar o no.
Si le decimos a la IA “yo no te pago para pensar” nos convertimos en ese jefe retrógrado que considera imposible cualquier mejora.
Significa que creemos haber llegado al máximo del desarrollo humano y que no se nos ocurre una mejor manera de hacer las cosas.
Poner la IA a pensar en cambio significa creer que podemos alcanzar nuevas metas que antes considerábamos imposibles.
Esto nos asusta porque nos exige un compromiso y un liderazgo de nivel superior:
debemos definir esas metas y
poner el esfuerzo necesario para alcanzarlas.
Pienso que vale la pena tratar.
Nuevo episodio en el podcast de mrgnt
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En el segundo episodio hablamos de adopción de Inteligencia Artificial Generativa en América Latina con Jose Fernando Flórez.
Jose Fernando es director del Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia y hoy recorre Estados Unidos como Eisenhower Fellow 2025 para “desarrollar una propuesta de regulación sobre inteligencia artificial idónea para Colombia”.
“Antes de regular la IA” dice ”debemos preguntarnos: ¿Qué país queremos ser?”
Ni más ni menos.
La conversación es al mismo tiempo amena y densa de conocimiento y provocaciones. Si te interesa el futuro de la IA en la región, te la recomiendo:
vas a entender mejor la mirada pública;
apreciarás riesgos y oportunidades de la IA desde otro punto de vista;
conocerás a una persona que -estoy seguro- va a jugar un rol de primer plano en estas discusiones.
Escucha el episodio y me cuentas, por favor.
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Otra frase que no me gusta para nada
¿Nos vemos en Cartagena este 8 de mayo?
Que buen tema el que se aborda. Estoy de acuerdo con lo que se menciona y en definitiva las herramientas se hacen para usarlas y del ser humano depende si se usan para bien o para mal. Todo beneficio trae consigo responsabilidades.