El paso en falso de Google
Un anuncio de Gemini para los Olímpicos le mide la temperatura a la percepción de la IA (spoiler alert: está tibia).
Me sorprende que un anuncio como este se haya podido lanzar.
Cómo es posible que de las centenares de personas que estuvieron involucradas en el proceso ninguna se haya dado cuenta del mensaje desafinado que estaban enviando.
Increíble que esto le haya pasado a un “gigante sensible” como Google y justo para los Olímpicos, la más humana y pura de las celebraciones deportivas.
Si has visto el comercial (“Dear Sydney” ) sabes de qué estoy hablando. Si no lo has visto, tómate un minuto (está aquí en YouTube).
Si no tienes datos o ganas de verlo ahora, te lo cuento brevemente.
Gemini busca emociones y encuentra el rechazo
Voz en off: un papá hablando de su hija. Ella -nos cuenta- está siguiendo sus pasos: también le gusta el atletismo, y quiere correr cómo él. De hecho, él la viene entrenando hace años. Un perfecto inicio emocional, al estilo Google (¿te acuerdas Parisian Café?).
El papá nos revela que ya no es el ídolo deportivo de su chiquita: ella ahora se declara admiradora de Sydney McLaughlin-Levrone, cinco veces récord del mundo en los 400 m obstáculos.
Ahora viene la parte terrible.
La hija quiere escribirle una carta a Sydney. El papá podría decirle: “Dale, escríbela y yo se la hago llegar” o “Excelente idea; si me necesitas estoy acá” o “¡Qué bien! Tomémonos un tiempo los dos y le escribimos una linda carta”.
En cambio, lo que hace es pedirle ayuda a Gemini - el asistente de Inteligencia Artificial de Google. Porque tiene que ser perfecta, dice.
Juicioso, en el prompt incluye los mensajes clave: que la admira, que ella va a romper su récord del mundo, y que no le pide perdón por eso.
Gemini le devuelve un borrador de carta, que -nos imaginamos- él irá después a presentarle a su hija.
La frase al final del comercial es “Con un poco de ayuda de Gemini”.
La reacción en redes y en la prensa fue inmediata y profundamente negativa, al punto que después de unos pocos días Google decidió retirar el anuncio.
Mi pregunta frente a este desatino
Con tantos casos de uso de la IA generativa, ¿por qué eligieron justo este?
Gemini no es una asistente para la escritura de cartas de fans - es general purpose: puede hacer de todo. ¿No había otro ejemplo menos… arriesgado?
Entiendo que las emociones involucradas son puras y “funcionan”: la paternidad, la admiración, el fandom, el esfuerzo del atleta. Pero… ¿por qué sugerir que sea una IA la que mejor puede transmitir estas emociones y no la niña o el papá (o los dos juntos)?
Misteriosamente, este ejemplo en particular les pareció imbatible, y decidieron apostarle para su campaña nacional cómo patrocinador de Team USA en París 2024.
Me los imagino pensando: “vamos a humanizar la IA”.
En realidad, terminaron alimentando la suspicacia de “la gente”: quienes creen que esta tecnología que viene a robarnos la humanidad vieron en este anuncio la confirmación de sus sospechas.
La IA viene a robarle a una hija la experiencia de escribir una carta con sus propias palabras, cambiándola por la edición de un “borrador estándar”.
La IA viene a alimentar las inseguridades del papá (“si quiero que la carta sea perfecta, mejor usar Gemini”) y le roba un momento profundamente humano de co-creación y acompañamiento con su niña.
La IA incluso priva al atleta el placer de recibir una colorida carta dibujada a mano, cambiándola por uno de mil indistinguibles borradores.
Creo que Google se equivocó en el mensaje. Pensó que la “gente” estaba más preparada a mezclar emociones con IA.
Le faltó ponerse en los zapatos de las audiencias generalistas y familiares de los Juegos Olímpicos. Le faltó empatía.
¿Tú que opinas?